Parcela elevada, con un gran muro de hormigón visto que permite situar una planta por encima de las edificaciones colindantes. Con ello se logra tener vistas al mar, y privacidad respecto a la calle desde la misma planta baja. La vivienda se divide en dos zonas, una de día y otra de noche. La zona de día es diáfana, y une un gran salón y cocina con el jardín principal mediante porches. Junto a este espacio se sitúa  la piscina, separada de la edificación a modo de tatami. La zona de noche tiene dos plantas, con 4 dormitorios con vistas frontales al mar, y con salidas al exterior mediante porches y terrazas cubiertas. Todas las estancias tienen iluminación natural, y el estudio de soleamiento óptimo permite lograr la calificación A+.
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